Funciones del sudor

Te mostramos las funciones del sudor, para qué sirve concretamente, cómo actúa y mucho más.

¿QUÉ ES EL SUDOR?

El sudor es un fluido corporal o sustancia líquida formada por agua, sal, minerales, sustancias orgánicas, lactato y urea que generamos al realizar algún tipo de actividad física o como consecuencia de algún cambio o estrés emocional. Las glándulas sudoríparas son las que segregan el sudor. Si bien es cierto que el sudor para algunas personas puede resultar algo incómodo si resulta "excesivo", las funciones del sudor son bastante relevantes y no responden a una reacción gratuita de nuestro cuerpo. Como veremos a continuación, revisten de una gran importancia.

¿POR QUÉ SUDAMOS? ESTAS SON LAS FUNCIONES DEL SUDOR

Tenemos que dejar bien sentado que sudar es fundamental. De hecho, las funciones del sudor no son un asunto menor, pues éste nos ayuda a soportar el calor. Gracias a su intervención conseguimos realizar funciones tan esenciales como las siquientes:

  • Ayuda a regular la temperatura corporal. De hecho, este es su cometido principal ya que al evaporar sudor conseguimos rebajar el calor.
  • El sudor desempeña un trabajo de limpieza eliminando sustancias tóxicas de nuestro organismo, aunque es cierto que por el camino también se desprende de minerales necesarios como el magnesio o el zinc.


EL SUDOR: MOLESTO PERO NECESARIO

También es cierto que el sudor es inodoro y únicamente desprende olor en dos áreas de nuestro cuerpo, ¿Adivinas cuáles son? Sí, las axilas y el pubis, ya que en ellas se localizan unas glándulas sudoríparas especiales que junto con el sudor secretan unos ácidos grasos y proteínas que fermentan al entrar en contacto con las bacterias alojadas en la piel.

Tal vez incluso hayas notado sudor en las manos. Algo que apreciarás especialmente en situaciones de estrés, miedo o incluso excitación. Claro, en ellas se concentran con especial énfasis las llamadas glándulas sudoríparas que se reparten por todo el cuerpo y que nos ayudan a regular nuestra temperatura.

Y sí, los pies sudorosos los sufrimos todos. En ellos encontramos una auténtica legión de glándulas sudoríparas –unas 250.000– que son las causantes del sudor. En principio es algo muy natural que no debería alarmarnos. Conviene, en estos casos, prescindir de zapatos muy cerrados cuando llega el verano o que estén confeccionados con materiales como el plástico que impiden transpirar al pie.

Aunque los niños también sudan, es indudable que éste no huele mal como el de los adultos. Sin embargo, cuando llega la pubertad las hormonas despiertan y comienzan a fluir los malos olores.

Pero hay maneras de evitar el molesto sudor en las axilas, que es el que más nos quita el sueño, especialmente tras la práctica de algún deporte. Y es ahí donde un desodorante puede obrar de maravilla. En NIVEA encontrarás una amplia gama de productos. Únicamente debes elegir el que más vaya contigo: roll-on, en spray, antitranspirante, antimanchas, entre muchos otros.